Cómo alimentar a un gato más 12 consejos
Te has preguntado alguna vez ¿cómo alimentar a un gato? Aquí encontrarás cómo alimentarlo según su etapa de vida o si está castrado, esterilizado o es una gata embarazada; más 12 consejos que te ayudarán a alimentarlo correctamente y así mantenerlo sano y feliz. Todo esto teniendo en cuenta qué darle de comer, cómo dárselo, y qué no darle de comer.
Alimentar a un gato bebé
Imagen de Marc Pascual en Pixabay
Un gato recién nacido necesita pasar las 8 primeras semanas con su madre, especialmente durante las primeras 48 horas, porque el alimento que le da entonces no es simple leche, sino calostro, necesario para crear defensas naturales. Durante las 3 o 4 primeras semanas los gatos bebés dependen únicamente de la leche de su madre. Este alimento es el que contiene todos los nutrientes que el gato necesita para su correcto crecimiento y desarrollo.
Si por alguna circunstancia el gatico no puede recibir amamantamiento durante las 3 o 4 primeras semanas, habrá que sustituir esa leche por leche maternizada, dándole 8 tomas al día cada 3 horas, que deberá proporcionarse a ser posible con biberón; o buscar una alternativa adecuada a las necesidades alimenticias del gatito y que favorezca el correcto desarrollo de su sistema inmunológico. Consulta con tu veterinario qué es lo mejor en estos casos, y nunca uses leche de vaca o cabra, ya que tienen otros nutrientes diferentes a la leche de gatos.
Después del día 21 de vida se puede producir el destete. Es entonces cuando se puede empezar a ofrecer pienso especial para gatos bebes, sin prescindir por ello de la leche maternizada. Como tu cachorro aún no está preparado para procesar comida demasiado seca, se puede optar por humedecerla ligeramente para que le sea más fácil de ingerir. También se puede recurrir a la alternativa de la comida húmeda específica para gatos menores de 4 meses, que ya es más blanda de por sí, pero sin abusar de ella. Las primeras semanas de vida de los gatos son cruciales para el buen desarrollo y crecimiento de los mismos. Alrededor de las 8 semanas, el gato estará completamente destetado.
Cuando sea adulto no admitirá tan fácilmente nuevos sabores y texturas, por lo que debes aprovechar esta etapa para que pruebe de todo.
Alimentar a un gato cachorro
Imagen de Nur Kayat en Pixabay
Después del destete, lo ideal es darles de comer 4 o 5 veces al día. A medida que se haga mayor, hay que reducir sus comidas a tres veces al día. A los 6 meses, ya puedes darle a tu gatito dos comidas al día.
Aunque desde el cuarto mes tu gato ya ha experimentado un gran avance y desarrollo, sigue siendo un cachorro y su sistema digestivo es todavía demasiado joven como para comer comida de gato adulto. Por ello, es recomendable ofrecer pienso para cachorros de hasta 1 año de edad.
Mantenle siempre disponible un cuenco con agua fresca y alternarle el pienso seco con la comida húmeda para suplir cualquier falta de líquido. Ya no necesitará leche, su sistema digestivo perderá las enzimas necesarias para digerirla, así que no es buena idea ofrecerle leche, podrías ocasionarle diarrea.
En cuanto a la cantidad de comida, esta dependerá directamente del alimento comercial que utilicemos. Por lo que siempre debemos revisar la tabla del envase y seguir los consejos del veterinario. Las necesidades nutricionales pueden variar según la raza, el estilo de vida y las eventuales condiciones médicas.
Alimentar a un gato adulto
Foto de Abeer Zaki en Unsplash
A partir de los 12 meses, tu gato ya será adulto. En esta etapa de vida tu gato ya puede comer pienso para gatos adultos. Deberás elegir el pienso según sus gustos, pero también según su peso y actividad física. Y recuerda darle pienso seco como dieta diaria y comida húmeda como alimento ocasional.
Los gatos suelen administrarse la cantidad de comida que ingieren, y consumen lo que energéticamente necesitan. Así que puedes optar por tenerle a tu gato comida a disposición siempre que la necesite (alimentación “ad libitum”) o racionársela. Solo recuerda que nuestro amigo felino es un animal de costumbres, así que ponle la comida en el mismo sitio y siempre sobre la misma hora.
Revisa las indicaciones del envase donde se detalla la cantidad exacta de alimento según el peso de tu gato y distribuye esa cantidad a lo largo del día. Si tu gato gestiona correctamente las cantidades de alimento, solo tendrás que preocuparte de conocer la cantidad diaria total y llenar su comedero dos veces al día. Si, por otro lado, tu gato presenta obesidad o sobrepeso, tendrás que distribuirla en varias tomas, para evitar la ansiedad.
Cuando el gato es adulto, puede comer varias veces al día, pero en realidad basta con alimentarlo una o dos veces al día, de acuerdo con los expertos.
Alimentar a un gato mayor o senior
Imagen de Natasha G en Pixabay
A partir de los 7 años un gato pasará de ser un gato adulto a ser un gato mayor o senior, y como consecuencia, su capacidad para digerir proteínas y grasas disminuirá, también se volverá menos activo y más tranquilo. Por lo tanto, debe mantener el mismo régimen de alimentación que el gato adulto en cuanto a la frecuencia, siendo bueno darle 2 raciones diarias y proporcionarle unas comidas de alta calidad y fácil digestión.
Utiliza pienso para gatos sénior que les aporte todos los nutrientes necesarios sin el riesgo del sobrepeso. Sigue las instrucciones de la parte posterior del envase. Recuerda que esas instrucciones son orientativas. En caso de que haga falta algún cambio en su dieta, deberá indicarlo un veterinario.
Los piensos industriales aportan a nuestro gato la taurina necesaria para el buen funcionamiento de sus órganos. Los piensos secos, además, permiten frotar los dientes del gato y limitar la formación de placa dentaria.
Es importante también que nuestro gato tenga siempre agua fresca y limpia a disposición, que cambiaremos con regularidad para incitarle a beber y mantenerlo hidratado. Si observas que no bebe demasiado, puedes ofrecerle de vez en cuando comida húmeda, ya que contiene un alto porcentaje en agua. No obstante, si observas poca ingesta de agua, es recomendable acudir al veterinario para descartar problemas del tracto urinario.
Alimentar a un gato castrado o esterilizado
Imagen de congerdesign en Pixabay
Los gatos castrados o esterilizados, tras la operación, experimentan cambios hormonales que propician un aumento de su apetito. Además, disminuye su metabolismo basal y es habitual que realicen menos ejercicio. Estos comportamientos multiplican las posibilidades de que el gato llegue a tener sobrepeso y seguidamente le podrían aparecer cálculos urinarios. Pero podemos lograr que el gato goce de una buena salud, brindándole una buena nutrición, estando pendiente que no le falte el agua y animándolo a que haga ejercicio. A continuación te presentamos estos tres aspectos, sin embargo, recuerda que lo más conveniente sería que un veterinario te dé pautas sobre la alimentación que debería seguir tu gato, y te dé algunos consejos para conseguir que tu gato se encuentre, en todo momento, en el peso correcto.
Nutrición
El alimento de los gatos castrados o esterilizados debe tener en cuenta las necesidades de su etapa de vida y los riesgos asociados a la esterilización. Por tanto, busca un pienso específico para gatos esterilizados con el fin de que no tengan problemas urinarios o de sobrepeso. Estos incluyen todos los nutrientes que el minino necesita, pero teniendo en cuenta la dificultad que se presenta a la hora de conseguir que baje esos kilos de más. La cantidad de comida diaria que necesita tu gato, la puedes calcular viendo las especificaciones del empaque del pienso, luego divide esa cantidad en porciones pequeñas a lo largo del día.
Agua
Para evitar los cálculos urinarios, una buena idea es animar a tu gato a beber más. Puedes usar dispositivos como fuentes de agua o colocar bebederos en distintas zonas de la casa, asegurándote que el agua siempre esté fresca. Otra buena opción es aumentar la cantidad de alimentos húmedos en su dieta. El alimento húmedo ofrece el beneficio adicional de que aporta una buena cantidad de líquido, lo que no sucede con el pienso. Eso sí, debemos fijarnos en que en la lata de alimento húmedo se especifique que se trata de un alimento completo y no complementario.
Ejercicio
Debes incentivar a tu gato a ser más activo. Deberás usar los juguetes de tu gato para que juegues con él, o animarlo a correr detrás de un objeto que le guste.
Alimentar a una gata embarazada
Foto de Dhaya Eddine Bentaleb en Pexels
A la hora de alimentar a una gata embarazada hay que tener en cuenta sus necesidades nutricionales y las de sus futuros gatitos. Así que a continuación te contamos como alimentarla durante la gestación y la lactancia.
Alimentación durante la gestación
La forma más segura de suplir las necesidades nutricionales de tu gata embarazada es ofrecerle un pienso comercial para gatitos. Este alimento balanceado ofrece la proporción adecuada de todos los nutrientes esenciales para la futura mamá y sus pequeños mininos. Te recomendamos los piensos de alta calidad, ya que contienen carnes deshidratadas de alta calidad y fácil digestión, que son fácilmente asimiladas por el organismo. Descarta los productos de baja calidad porque, por lo general, tienen poca proteína animal y muchos cereales, como maíz, arroz o soja, lo que da lugar a una nutrición deficiente y muchos problemas gástricos.
Ten en cuenta que la alimentación de una gata gestante se debe componer de:
- Proteínas de origen animal: estas proteínas que provienen de la carne vacuna, pollo, vísceras, mariscos, huevos, lácteos, etc., aportan las calorías necesarias para que el cuerpo de la gata genere las energías que tanto necesita para su embarazo. No es eficaz alimentar a una gata embarazada con un exceso de carbohidratos para proporcionarle un extra calórico; los hidratos de carbono generarán básicamente azúcar, y no los nutrientes requeridos por la hembra y sus cachorros.
- Grasas saludables: permitirán la producción de leche materna con los nutrientes adecuados, preparando así a la gata para la lactancia.
- Calcio: este mineral es vital para el desarrollo fetal. Así que es indispensable elevar su consumo diario.
Para favorecer la adaptación del sistema digestivo de tu gata embarazada a la nueva dieta, cámbiale de a poco el alimento habitual por el nuevo; empieza mezclando un 25% de alimento nuevo con un 75% del habitual. Durante 7 a 10 días ve disminuyendo el porcentaje de alimento habitual y aumentando el nuevo hasta completar el 100%.
Alimentar a una gata embarazada es relativamente fácil. Mientras le proporciones comida en todo momento, suele comportarse con sensatez, comiendo lo que necesita. Recuerda mantenerle abundante agua fresca.
Es aconsejable que controles el peso de tu gatita con la ayuda del veterinario. Un control regular te permitirá saber si ella está dentro de los valores normales y cómo se están desarrollando sus crías.
Alimentación durante la lactancia
Con el fin de ayudar a tu gata a criar gatitos sanos y felices, sigue alimentando a tu gata con la fórmula para gatitos hasta que la camada esté destetada. Debes permitirle a tu gata, acceso libre a la comida, ya que necesitará comer mucho más de lo normal.
El agua será indispensable en estos momentos. Tendrás que darle agua fresca y limpia para que no se deshidrate, porque de lo contrario podrá afectar a la producción de leche.
Puedes incrementar la ingesta de líquidos de tu gata añadiendo un poco de agua a su comida húmeda o seca, lo que también favorecerá el interés de los gatitos por los alimentos sólidos, que son más fáciles de ingerir si están humedecidos.
La producción de leche de la mamá gata se reducirá gradualmente hasta desaparecer por completo a las 6 u 8 semanas después del parto. En ese momento, puedes empezar a reducir la ingesta de alimentos de tu gata hasta recuperar las porciones previas a la gestación. Igual que al principio de la gestación de tu gata, reintroduce poco a poco la comida para adultos durante un período de 7 a 10 días.
12 Consejos para alimentar a un gato
1. Alternar alimento seco con alimento húmedo
Alternar el alimento seco con el húmedo es clave para que el gato tenga una hidratación óptima que evite problemas como la formación de cristales en la orina. Los felinos suelen beber poca agua y el alimento húmedo ayuda a que estén bien hidratados.
2. Tenerle abundante agua
Lograr que el gato beba agua es fundamental para conseguir que sus riñones funcionen de manera adecuada. Por ello, el felino debe contar siempre con agua limpia y fresca.
Coloca un recipiente grande con agua en los lugares donde tu gato suele relajarse. Además, a los gatos les encanta el agua en movimiento. Así que, para satisfacer este peculiar gusto a la hora de beber, en el mercado encuentras pequeñas fuentes con un circuito que hace fluir el agua.
Intenta no poner la comida y el agua en el mismo sitio. Asegúrate también de que la comida y el agua estén bien lejos de su bandeja de arena.
3. Cómo servir y guardar la comida
Para alimentar a tu gato, sirve los alimentos húmedos (presentados en bolsitas, latas o tarrinas) a temperatura ambiente, ya que así el olor les resulta más apetecible y son más fáciles de digerir. Para ello, sácalos de la nevera como mínimo una hora antes de servirlos. Puedes utilizar el microondas para entibiarlos un poco, pero siempre sin dejar que se calienten.
Los alimentos húmedos se estropean rápidamente, por lo que no debes dejarlos sin tapar. Una vez abierto el empaque, no guardes la comida húmeda durante más de 24 horas, incluso aunque esté en la nevera.
La comida seca, en cambio, puede dejarse todo el día fuera sin que se estropee. Guárdala en un ambiente seco y limpio, idealmente en un recipiente hermético o en una caja con cierre, para mantener sus aromas y sabor.
4. Cómo cambiar el alimento actual de tu gato
Para favorecer la adaptación del sistema digestivo de tu gato a una nueva dieta, cámbiale de a poco el alimento habitual por el nuevo; empieza mezclando un 25% de alimento nuevo con un 75% del habitual. Durante 7 a 10 días ve disminuyendo el porcentaje de alimento habitual y aumentando el nuevo hasta completar el 100%.
5. ¿Cuándo empezar a darle comida para gato adulto y senior?
A los 12 meses de edad, tu gato deberá pasar del alimento de cachorros al de adulto. A este último se le conoce como de mantenimiento.
A partir de los 7 años de edad se suele considerar a un gato como senior. Desde esa edad hay que cambiar su alimentación de mantenimiento a otra que satisfaga sus nuevas necesidades.
6. Tazones limpios y lugar para comer
A los gatos les encanta ser muy aseados; así que para que tu gato esté más feliz y a gusto mantenle los tazones de la comida y el agua limpios, limpiándolos a diario, y asegúrate de que estén bien alejados de la bandeja de arena. Además, escoge un lugar que pueda limpiarse con facilidad, o utiliza una alfombrilla de alimentación para gatos.
Si tienes más de un gatito y no se llevan bien, asegúrate de que sus comederos estén a una distancia razonable para evitar cualquier confrontación.
7. No darle leche
Los gatos no deben beber leche de vaca, pues muchos no la digieren bien por no poseer la enzima que procesa la lactosa. Así que no es bueno darle leche, podrías ocasionarle diarrea.
8. No darle sobras de comida humana
Las sobras de comida humana pueden desequilibrar la dieta de tu gato y hasta causarle problemas estomacales con síntomas como vómito y diarrea. Un gato que se alimenta con sobras, como por ejemplo el pescado con espinas o crudo, puede padecer obstrucciones intestinales y llegar a tener rigidez muscular si los consume en exceso.
9. La comida cruda no es recomendable
Los alimentos crudos pueden tener parásitos o bacterias como la salmonela, la Listeria o la E. coli. Si se diera el caso que el gato los ingiriera, podría enfermar. Si aun así quieres alimentar a tu gato con comida cruda, te recomendamos que primero lo consultes con tu veterinario de confianza.
10. No darle las siguientes frutas: uvas, pasas, plátanos, cítricos y aguacates.
Uvas y Pasas: Se dice que las uvas son frutas tóxicas para gatos porque en grandes cantidades pueden afectar al riñón del gato, y en pequeñas cantidades causan diarrea.
Plátano: los plátanos no son tóxicos para los gatos, pero su alto contenido en carbohidratos y azúcares hará más daño que bien.
Cítricos: los cítricos (naranjas, limones, pomelos, etc.) comúnmente les causan diarrea y malestar estomacal a los gatos.
Aguacates o paltas: ingestas grandes o continuadas son nocivas para los gatos a causa de la persina, una sustancia fungicida que resulta tóxica para los gatos.
11. No darle las siguientes verduras: cebolla, ajo, tomates verdes y patatas crudas.
Cebolla y ajo: la cebolla, el ajo y las hortalizas relacionadas como puerros o cebollino, en muy pequeñas dosis de vez en cuando, no son dañinos para los gatos, pero sí son peligrosos en dosis altas o repetitivas. Estas verduras contienen tiosulfato, que puede llegar a destruir los glóbulos rojos de la sangre en gatos y perros, con lo cual pueden causar anemia.
Patatas crudas: las patatas crudas, las hojas y el tallo de las plantas de patata contienen una substancia llamada solanina, que es amarga y muy tóxica, tanto para animales como para humanos, incluso en pequeñas dosis. La parte buena es que la solanina desaparece cuando pelamos y hervimos las patatas.
Tomates verdes: el tomate es pariente de la patata, o sea, miembro de la familia de las Solanáceas y, por tanto, también contiene solanina. Así que, tomates verdes, hojas y tallos de la planta del tomate son alimentos totalmente a evitar para los gatos.
12. No darle chocolate, café o té
El chocolate, café y té contienen teobromina y cafeína, sustancias no aptas para gatos, ya que pueden causar deshidratación, vómitos, diarrea o úlceras. Además, pueden llegar a afectar el sistema nervioso, causando convulsiones e incluso la muerte.
Conclusión
Al alimentar un gato hay que tener en cuenta su estilo de vida, condición física y edad. El gato debe contar con alimentos que suplan sus necesidades nutricionales y siempre tenerle abundante agua fresca y evitar que coma alimentos perjudiciales. Así lograrás que tu gato quede a gusto, sano y feliz.